Del 23 al 25 de Febrero 2014 tuve el gusto de visitar Ciudad Guatemala por invitación de la Comisión de Paz, Seguridad Ciudadana y Derechos Humanos del Parlamento Centroamericano, para dictar una conferencia magistral sobre las consecuencias del cambio climático y el peligro para la niñez y juventud de Centroamérica y el Caribe.
Presenté mi conferencia durante el foro “DERECHOS HUMANOS DE LA NIÑEZ Y CULTURA DE PAZ” auspiciado por la Comisión de Paz, Seguridad Ciudadana y Derechos Humanos presidida por el Gral. Hugo Torres Jiménez, Diputado por el Estado de Nicaragua ante el Parlamento Centroamericano, y copresidida por el Sr. Oscar Mazaya, Diputado por el Estado de Guatemala.
Titulé mi conferencia Retos de la niñez y juventud centroamericana ante el cambio climático ( Retos de la niñez y juventud centroamericana ante ). Un enfoque importante de mi conferencia, entre otros, fue el siguiente: implícita en el tema sobre el cual se me invitó a presentar veo la preocupación de los miembros de la comisión y del parlamento, quizás de nuestra propia generación, de ¿Qué condiciones de clima les dejaremos a los niños y jóvenes de hoy? En mi opinión una preocupación igualmente, o quizás aun más, importante es qué clase de niñez y juventud le dejaremos nosotros al clima futuro. Dicho de otra forma: ¿Qué y cómo haremos para facultar a la niñez y juventud de hoy para que enfrenten condiciones climáticas futuras, con consecuencias aun más adversas que las actuales, no como posibles víctimas si no como sobrevivientes dueños de su propio destino, desde una posición informada y fuerte?
Al respecto de lo antedicho mi posición se basa en la imposibilidad de aislar componentes y/o consecuencias del cambio climático con el fin de caracterizar impactos específicos que afecten a la niñez y la juventud. Todos los habitantes de un país o de una región, todos los sectores de la sociedad humana, se verán afectados por el cambio climático. La magnitud o adversidad del impacto sobre un sector específico de la población dependerá en gran medida de la condición socioeconómica y de salud, así como de los recursos a la disposición del mismo. Igual sucederá con los niños y los jóvenes.
Es importante considerar que existe una inequidad, una desigualdad, en el riesgo. Los datos históricos sobre los impactos de amenazas y desastres demuestran que, en general, son los sectores menos privilegiados de una sociedad los que sufren las consecuencias más adversas. Por ejemplo, un niño desnutrido sufrirá más como resultado del impacto de una amenaza natural que un niño bien nutrido y saludable.
Queda claro que nuestra responsabilidad, como la generación de hoy, con respecto a la niñez y juventud (la generación de mañana) ante las consecuencias del cambio climático, es la de facultarlos para que superen las desigualdades en el riesgo y enfrenten los impactos, informados y con capacidad de implantar medidas efectivas de mitigación y adaptación que reduzcan el potentcial de daños por los impactos esperados.
Con respecto a los impactos propiamente dichos, tales como los causados por el calentamiento global y el cambio en el nivel del mar, enfaticé la necesidad de utilizar enfoques no-tradicionales con el fin de comunicar la posible magnitud de los mismos de manera efectiva. La conveniencia de proceder así se hace evidente cuando hablamos del cambio del nivel del mar. La información científica indica que el nivel del mar subió a razón de un promedio de 1 mm/año durante el siglo XIX, 2 mm/año durante el siglo XX, y a un promedio de 3.2 mm/año durante la última década. Aún cuando estos datos claramente representan una aceleración en la tasa de cambio anual en el nivel global promedio del mar, es dificil transmitir un sentido de urgencia o de la posible magnitud de impactos cuando hablamos de 1 y 2 milímetros o aún de 3.2 mm; al fin de cuentas 1 mm es más o menos el espesor de una moneda de un centavo o sea algo poco más que insignificante aun cuando es claro que se trata de un cambio cumulativo.
Mi recomendación en este sentido es considerar el cambio del nivel del mar desde la perspectiva de su componente horizontal, o en base a su papel como un factor exacerbante de los efectos de otras amenazas naturales, como por ejemplo la marejada y olas generadas por un huracán en una región costera. En las costas del Caribe, al igual que en la Florida, la subida del nivel del mar tiene un componente horizontal que puede ser de 150 a 200 veces mayor. Por ejemplo los 230 mm que el mar subió durante el siglo XX equivalen a un componente horizontal, la distancia que retrocedieron las costas en varios paises, que va de 35 m a 46 m. La perspectiva del público en general cambia cuando hablamos de 35 a 46 metros en vez de 2 o 3 mm anualmente; de pronto se hace evidente que enfrentamos un verdadero riesgo, ante una amenaza que puede redundar en daños reales en la comunidad en que habitamos.
De forma similar tambien podemos considerar la subida del nivel del mar como un factor exacerbante de los dañinos impactos de la marejada y de las olas generadas por un huracán que se acerca a las costas. En este sentido es sumamente importante considerar que el viento, el aire en movimiento, y el agua son los dos grandes factores causantes de daños durante un huracán. Aun cuando el viento causa grandes daños, en la región costera los daños son considerablemente mayores debido al impacto de la marejada y de las olas. Esto no debe sorprendernos ya que el agua es aproximadamente 800 veces más densa que el aire en base a volumen, por lo cual su impacto contra el entorno construido o infraestructura costera es varias veces más fuerte que el del viento. Por otra parte, la energía de la marejada es directamente proporcional al cuadrado de la velocidad de flujo del torrente de agua, y si tomamos en cuenta que la velocidad de flujo aumenta en la medida en que la profundidad del agua es mayor, queda claro que la subida del nivel del mar propicia directamente una mayor energía de impacto al contribuir a aguas cada vez más profundas. El impacto de las olas, que se forman por arriba del nivel medio de la marejada, es directamente proporcional a la altura de las mismas, y dicha altura es proporcional a la profundidad del agua. Lo cual quiere decir que la subida del nivel del mar contribuye a la formación de olas más altas y consecuente más dañinas.
Este enfoque no tradicional de varios aspectos del cambio climático y mis otros comentarios sobre el tema suscitarons varias preguntas y comentarios de la concurrencia, compuesta principalmente de Diputados de varias naciones ante el Parlamento Centroamericano, académicos, funcionarios de algunas entidades no gubernamentales, e invitados especiales.
Otros conferencistas invitados durante este foro lo fueron el Lic. Juan Carlos Arce del Centro Nicaraguense de Derechos Humanos (CENIDH) quien expuso sobre “Los Derechos de la niñez en la región con énfasis en segurida, educación y cultura de paz“, y el Lic. Guillermo Gándara, Oficial Nacional de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Guatemala, para el Proyecto Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil, quien presentó sobre el tema “El trabajo infantil en la región centroamericana”. Ambas conferencias fueron apreciadas por la concurrencia, habiendo generado preguntas y comentarios por parte de la misma.
El foro “DERECHOS HUMANOS DE LA NIÑEZ Y CULTURA DE PAZ” fué solamente uno de numerosos eventos que ocuparon a varias comisiones y grupos de trabajo del Parlamento Centroamericano, durante una agenda de varios dias en Ciudad Guatemala. Tuve la oportunidadde participar en un taller sobre “La movilidad humana en Centroamerica con especial atención a la situación de la niñez y adolescencia”, que contó con importantes presentaciones sobre los procesos migratorios intra y extra regionales que abarcan Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, República Dominicaná, y el estado de Chiapas en México, con especial enfoque sobre la niñez, adolescencia y otros sectores vulnerables (mujeres).
Desde la perspectiva de mi participación en estos eventos es claro que el Parlamento Centroamericano (PARLACEN), órgano político del sistema de integración centroamericana lleva a cabo una importante y necesaria labor al abordar importantísimos temas, que afectan en diversa medida varios sectores de la población de la región, mediante el trabajo encomendado a las varias comisiones constituidas por los diputados de los paises miembros. Esta importante labor cuenta con el apoyo de la Unión Europea bajo el Segundo Programa de Apoyo a la Integración Regional Centroamericana (AIRCA II) – “La Unión Europea y Centroamérica, socios estratégicos”